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La evolución del biólogo en el campo de la medicina reproductiva. “La realidad”

Evolution of the Biologist in the Field of Reproductive Medicine. “The Reality”.

Reproducción | 1 de Diciembre de 2013

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Reproducción 2013;6:81-82


Dr. Claudio F Serviere Zaragoza
Ginecobstetra especialista en Medicina de la 
Reproducción, Hospital Ángeles México. 

Agrarismo 208, consultorio 651, Torre B, colonia Escandón, CP 11800, México, DF


Resumen

El nacimiento del primer bebé en el mundo por fertilización in vitro, en julio de 1978, por supuesto que no fue un evento fortuito. Ciertamente, después de muchos años de investigación, una concepción por medio de fertilización in vitro representó la culminación de un sinfín de acontecimientos que gracias a ellos actualmente casi todas las causas de infertilidad pueden ser tratadas debido a la innovación, creación y fusión de técnicas de reproducción asistida, que son responsables del nacimiento de más de dos millones de niños en todo el mundo.

El entendimiento de cómo la unión de un hombre y una mujer daba origen a un nuevo ser comenzó desde el siglo V aC con los razonamientos de los filósofos griegos, cuyas ideas acerca de la reproducción humana perduraron con fuerza hasta la Edad Media, donde el crecimiento de la ciencia se dio a pasos lentos, ya que se entremezclaba con profundas ideas religiosas. La medicina evolucionó poco y se basaba principalmente en los clásicos escritos griegos, que al momento de traducirlos a otros idiomas, en ocasiones el problema se extendía y creaba más errores anatómicos y fisiológicos que los que ya se arrastraban.

Comenzaron a surgir entonces estudios de embriólogos como William Harvey (1578-1657), quien trabajó con embriones de pollo; posteriormente surgió la primera observación de espermatozoides por el biólogo Antonie van Leeuwenhoek (1632-1723). En 1827, el biólogo Karl Ernst von Baer (1792-1876) identificó el óvulo o célula germinadora femenina en folículos ováricos de un canino, lo que significó que la fecundación podía empezar a comprenderse. En 1880 se realizó el primer intento de fertilización in vitro en conejos de Indias. En 1890 el científico británico Walter Heape (1855-1929), asistido por el cirujano Samuel Buckley (1847-1910), practicó con éxito una fertilización in vitro y transferencia de un embrión de una coneja a otra.

A principios del siglo XX surgió una gran inquietud en todo el mundo por conocer aún más acerca de la reproducción humana y de cómo podían solucionarse los problemas de infertilidad.

En 1951, el joven biólogo Robert Edwards ingresó al Instituto de Genética Animal, en donde aprendió a preparar y manejar espermatozoides, a realizar inseminación artificial en ratones, recoger y estudiar embriones en clivaje y blastocisto y comprender la estructura de los cromosomas. En 1958, Edwards obtuvo su doctorado y sus nuevos objetivos fueron el estudio de la infertilidad y genética en humanos, por lo que en él se despertó el interés de lograr en humanos lo que, hasta ese tiempo, sólo era posible en animales. Sus investigaciones llegaron al grado de hablar ya de fertilización in vitro, criopreservación, diagnóstico genético y preimplantación en humanos, con lo que despertó un gran interés por la reproducción asistida en todo el mundo.

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