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Editorial

Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción | 1 de Septiembre de 2011

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Esperanza Carballo Mondragón


MVZ Esperanza Carballo Mondragón

Unidad de Reproducción Asistida, 
Centro Especializado para la Atención de la Mujer SC, 
Hospital Ángeles de las Lomas, 
Huixquilucan, Estado de México

Resumen

Dentro del área de infertilidad, la reproducción asistida ha ido tomado poco a poco mayor importancia, no sólo por el mejoramiento de los resultados, sino también por la implantación de técnicas que han permitido atender las necesidades de los pacientes que de otra manera no tendrían la posibilidad de formar una familia.

Aunado al desarrollo clínico y tecnológico, también se ha difundido la formación de biólogos encargados de los laboratorios de técnicas de reproducción asistida.

Antes, el trabajo de un biólogo o encargado de laboratorio constaba sólo de realizar fertilización in vitro convencional y esperar, con gran expectación, obtener buenos resultados. Si bien el trabajo no era tan pesado, sí lo era el estrés ocasionado por no poseer más herramientas o contar con mayor conocimiento para mejorar los resultados. Actualmente, gracias al desarrollo de nuevas técnicas y equipos, el trabajo del biólogo dentro del laboratorio exige un mayor conocimiento y, por tanto, la necesidad de estar actualizado en forma permanente. Dentro de esta actualización no sólo se debe contar con la consulta de publicaciones científicas relacionadas con el campo, sino también participar en congresos y reuniones (ya sea nacionales e internacionales) con profesionales especializados en el área, donde se pueda compartir experiencias.

Debido a las necesidades anteriores, se dio el momento de impulsar la formación de un grupo de trabajo que se encargara de reunir a biólogos de los principales centros de reproducción asistida a nivel nacional; por lo que en el año 2002 se iniciaron conversaciones entre los biólogos que teníamos mayor tiempo trabajando en el área (Genaro García V, Paloma Neri, Claudia González, Orlando Martín, entre otros); de esta manera surgió la primera reunión de biólogos en laboratorio de técnicas de reproducción asistida, en el Hotel Camino Real Chapultepec de México, en diciembre de 2003.

Entre algunas anécdotas, podemos contar que las primeras reuniones eran sólo ¡entre dos biólogos!, el biólogo Gerardo Villegas y yo; esto no por no querer invitar a otros compañeros, sino por falta de logística, ya que como sabemos, estamos repartidos en todo el país, así que los avances e ideas se trasmitían por correo electrónico o por teléfono. Pero el entusiasmo de todos permitió que se llevara a cabo esa primera reunión —que por cierto fue una gran sorpresa porque ¡no esperaba que fuéramos un gran número!—, y que, por tanto y gracias al interés común, la reunión fuera un rotundo éxito.

Gran parte de lo que ahora es el grupo de biólogos y lo que significa su participación en las clínicas de reproducción asistida tiene que ver con la necesidad de contar con estos espacios no sólo para estar actualizados, sino también para tener un intercambio desinteresado de experiencias; de ahí surgió una gran amistad, lo que nos ha permitido trabajar mejor como grupo, y esto es algo que se nota, ya que muchos médicos nos han comentado que los biólogos estamos muy unidos.

A partir de esta primera reunión, el Dr. Rubén Tlapanco Barba, como presidente de la Asociación Mexicana de Medicina de la Reproducción (AMMR), nos invitó a ser parte de la misma otorgándonos un espacio en la reunión anual, y desde entonces la asistencia del grupo de biólogos ha sido habitual en las reuniones anuales de la AMMR, con el apoyo incondicional de cada presidente correspondiente, ¡lo que ha ocurrido ya durante nueve años!

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